No me gusta que las
minas nos tratemos entre nosotras de “MARACA” (Cuando es una ofensa, si es pa
hueviar a tu amiga buena pal loly, voh dale) lo he dicho, sí, pero me desagrada
enormemente. Creo que nadie se lo merece (Si al final, todas sabemos que a
algunas minitas se les arrancan los pingüinos pal desierto, hay que tenerles
paciencia). Alguna vez pensé que Janet era lo suficientemente imbécil como para
llamarla así, pero no, me arrepentí (Soy tan buenita <3). Janet fue la mina
que se metió en la relación que yo tenía con Daniel… Pero éramos tan chicas, no
cachábamos nah, además, la tortilla se dio vuelta, cuando Daniel decidió que la
maraca que quería en su vida no era ella, sino yo (Años más tarde caché que
ambas le hacíamos honor al adjetivo).
La palabra “maraca”
agarró más sentido en mi vida el año 2009, cuando estábamos en una “separación
momentánea y recreacional” con Tobías… Un día de invierno, se me ocurrió
contactar a un viejo amigo, al que conocí en un bar de mala muerte, por ahí por
el 2006. Alejandro se me acercó a pedir un cigarro, con los ojos hinchados y la
voz un poco hecha pico. Me dijo a medias que lo acababan de patear y que
necesitaba un cigarro para pasar el mal rato. Miré la cajetilla con 3 cigarros,
eran la 1 de la mañana, es decir, cero posibilidad de regalarle uno… A cambio
le ofrecí fumar del mío y un poco de conversa. Me contó toda su triste
historia, lo aconsejé y lo pasamos bien (En la buena onda, no vaya a creer que
me aproveché del lolo vulnerable). Cuando ya era hora de subir el cerro de
vuelta a casa, me pidió mi mail, se lo di feliz, porque es difícil encontrarse
un lolo buena onda sin que sea jote (Seré yo, Señor?). Mantuvimos el contacto
desde ese día, pero sólo por inet, aunque debo reconocer, que después de un
tiempo de buena onda, las conversaciones se empezaron a subir de tono día por
medio… Ese día de invierno del año 2009, le conté que estaba mal, que había
terminado con Tobías y que me sentía muy triste (Oh! Soy una damisela en
peligro oezí) Me invitó a su casa, a tomar un vino con unos amigos. Ni tonta ni
perezosa, agarré mis weás y partí… Efectivamente, cuando llegué, estaba con 2
amigos, lo pasamos muy bien, nos reímos y me hicieron olvidar las penitas, pero
llegó la hora de irse, así que los chicos partieron rumbo a sus casas, cosa que
yo no iba a hacer, menos considerando que el pique era “Villa
Alemana-Valparaíso”. Así que me quedé, pasó lo que tenía que pasar y fue como
la mierda, todo muy mal: Daba malos besos, la tenía chica y salá (Ok, sí, estoy
de acuerdo, demasiada información, haga como que no leyó eso)… Pero lo peor fue
la mañana siguiente, cuando después de levantarme y vestirme lo desperté para
avisarle que me iba y con la peor cara de pico me mira y me dice: “Tú cachai
donde está la salida”… Boniiito, le faltó puro preguntarme cuánto me debía al
muy culiado. Debo reconocer que me fui mal a tomar la micro, lloré un poquito,
pensé en Tobías, me sentí culpable, tonta, encañá, MARACA.
Pasaron las
semanas, y yo volví con Tobías. Estaba todo funcionando de lolo en mi vida
hasta que un día me llama Alejandro diciendo que “su mina” estaba “embarazada”
y que se había “enterado” de lo que pasó aquella infame noche de invierno… A
ver, espérate… TENÍAS MINA, HIJO DE PUTA!? Y ESTÁ EMBARAZADA!? Y SABE LO QUE
PASÓ!? Y ahí, justo ahí, me fui a la conchademimadre. Me aterraba la
posibilidad de que por una mala jugada hormonal de la cabra encinta, se
terminara enterando Tobías de la ESTUPIDEZ que había hecho semanas atrás… Y mi
miedo creció bruscamente cuando, a la semana siguiente, recibí un amable
mensaje de feisbuc de una tal “Karen Blablabla” COMPROMETIDA con “Alejandro
Blablabla” que decía algo como: [Paty Cofré on] “Erís una perra, maraca
conchetumare, si no estuviera embarazá, te busco y te saco la chucha por puta,
maraca culiá, me cagaste la vida, ahora por tu culpa mi hijo no va a tener
papá, te deseo lo peor, y sabís qué más? Tu cagá de pololo se va a enterar de
la pobre weona que tiene al lado” [Paty Cofré off] Eso es, en RESUMEN, porque
lo que escribió realmente me tomó UN POCO más de tiempo leerlo. Y ahí quedé yo,
hecha un atado de nervios, sintiéndome como la mierda, con ganas de llorar y
decirle a la pobre Karen que era su pololo el maraco, no yo… Pero me aguanté,
se lo negué todo y no webió más… Nunca más tuve contacto con el saco de cachas
de Alejandro, lo último que supe de él es que su mina lo perdonó y que estaban
felices con su hijo. Muy bien por ellos, lo que es yo, nunca pude recuperarme
de la sensación culiá de hacerle daño a otra persona por el solo hecho de
existir.
Y así,
probablemente he sido “La Maraca” de otras, no tengo idea… E igual me da lata,
porque no sé si ustedes disfrutan con el sufrimiento femenino, pero yo, lo
detesto. Y si me permite, le daré un consejo: Si usté quiere maraquear en mala,
hágalo consciente de que el karma existe y que para estos casos, es bien
potente. Si usté en cambio, juega pah mi mismo lado, les digo cabras, sean
siempre unas damas (En la mesa, porque en la cama, PUTA QUE ES RICO SER
MARACA).